AMLO estrena Dos Bocas incompleto y entre denuncias de opacidad e irregularidades

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Cd. México.- A cuatro años de su victoria en las urnas, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró la refinería Olmeca de Dos Bocas, Tabasco, un proyecto marcado por opacidad, sobrecostos e irregularidades, y que no tiene fecha clara para producir gasolinas.

El 24 de junio, López Obrador reconoció que el gasto de la obra, insignia de su objetivo para alcanzar la “autosuficiencia energética”, tuvo un aumento de hasta 12 mil millones de dólares, que sería un 50% más de los 8 mil millones originalmente planteados.

“Hay un incremento, pero en los términos autorizados por el Consejo de Pemex”, dijo el mandatario durante la conferencia matutina.

Sin embargo el gobierno hace difícil acceder, analizar o siquiera confirmar estos datos: Hacienda no lleva un registro del avance físico y financiero de la obra, mientras que Pemex limita detalles afirmando que su filial PTI Infraestructura de Desarrollo “no es sujeto obligado de la Ley General de Transparencia”.

En tanto, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha detectado varias irregularidades, como el inicio de obras sin Manifestación de Impacto Ambiental Regional –similar a lo que sucedió con el Tramo 5 del Tren Maya–, opacidad, así como deficiencias y pagos en exceso e injustificados.

Aumento de hasta 50%, ¿por qué?

El 21 de julio del 2018, antes de asumir la secretaría, Nahle visitó los terrenos de Paraíso, Tabasco y, ante periodistas, estimó que la refinería costaría 6 mil millones de dólares y su producción estaría entre 500 y 600 mil barriles diarios.

Posteriormente, el 9 de diciembre de 2018, el presidente López Obrador ajustó la cifra a 8 mil millones de dólares, con una refinación de 340 mil barriles diarios.

Aunque el terreno ya empezaba a prepararse, el 18 de marzo de 2019 Nahle presentó la licitación solo para cuatro empresas, las “mejores del mundo para una obra de este tamaño”: los consorcios Bechtel-Techict y WorleyParsons-Jacobs y las compañías Technip y KBR.

Esta refinería, explicó la secretaria, incluiría una planta de energía eléctrica e “infraestructura externa”, como enlace con la terminal marítima, gasoductos y accesos para el transporte.

Sin embargo, las especificaciones de la invitación y las propuestas de las empresas no fueron publicadas en la página dedicada de la obra.

El 9 de mayo de 2019, el gobierno informó que la convocatoria fue declarada desierta: una empresa declinó y las otras tres “se pasaron de los 8,000 millones de dólares y en el tiempo de construcción”, según el presidente, mientras que Nahle insistió en que se ajustaría a ese máximo.

Pero el titular de Pemex, Octavio Romero, reveló durante su comparecencia en la Cámara de Diputados el 14 de octubre de 2020 que la refinería había costado 8 mil 918 millones de dólares hasta entonces, es decir que aumentó un 11%.

Y el 22 de junio de 2022, el medio estadounidense Bloomberg reportó que, según fuentes con conocimientos de la empresa, la refinería de Dos Bocas costaría hasta 18 mil millones de dólares, y que al mes de mayo se habían firmado contratos por 14 mil millones.

En respuesta, López Obrador desestimó el reporte, mientras que Nahle dijo en entrevista con Radio Fórmula que han gastado 8,900 millones de dólares en el proyecto principal, pero que se ha gastado más en las obras “asociadas o externas”.

“El Consejo de Administración de Pemex autorizó la obra hasta 12,040 millones de dólares”, dijo Nahle, y acotó que el 1 de junio daría información sobre el gasto, pero no mencionó el nivel de detalle ni si darían un seguimiento continuo.

Según información disponible en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), Pemex ha pagado 181 mil 992 millones de pesos a su empresa filial PTI Infraestructura y Desarrollo de 2019 a mayo de 2022, lo que equivale a 9 mil millones de dólares, es decir, es un monto que ya se pagó.

No obstante, si en realidad se ha alcanzado la cifra de los 12 mil millones de pesos que mencionó Nahle, lo cual coincide con la que mencionó el presidente durante la conferencia matutina del 24 de junio, entonces implicaría un aumento de 50%.

“La cifra original, los 160 mil millones de pesos, 8 mil millones de dólares, realmente nunca fue realista. Creo que eso tuvo más que ver con la premura de lanzar el proyecto en las primeras semanas de la administración y no fue fruto de un análisis, de una evaluación completa”, comenta Óscar Ocampo, coordinador de Energía en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En este contexto, la Secretaría de Energía ha tenido incrementos presupuestales y sobreejercicios durante el gobierno de López Obrador, que llegó a representar 578% más de lo aprobado solo en 2021.

Según información de Hacienda, la Energía debía gastar 27.2 mil millones de pesos en 2019, pero terminó gastando 128,3 millones, un 371.3% más. En 2020, aumentó su presupuesto asignado a 48.5 millones, pero gastó sea 51.5 millones. 6.3% más.

Pero fue en 2021 que alcanzó el mayor monto, registrando un sobreejercicio de 578.4%. Aunque originalmente se le habían presupuestado ​​47 mil millones de pesos, la dependencia al mando de Nahle gastó 319.2 millones de pesos.

Según información de Hacienda, el aumento se debió a las “aportaciones al patrimonio de Pemex”, por 271.3 millones, de los cuales 204. se destinaron al pago de la deuda de la paraestatal y 66.7 millones a “actividades sustantivas”.

Además de la promesa de crear empleos en el sur de México, el presidente ha presentado la refinería como uno de sus compromisos climáticos, aunque como te contamos en esta otra nota, la autosuficiencia en hidrocarburos no implica contaminar menos.

La ASF ha detectado una serie de irregularidades en la refinería. La más reciente, correspondiente a la Cuenta Pública 2020, mostró que, según cinco auditorías –438, 440, 441, 442 y 444– hay un probable daño por 59.2 millones de pesos por pagos sin justificación o que fueron considerados excesivos.

Por otro lado, en la auditoría 409 de la Cuenta Pública 2019, la autoridad señaló que “era necesario que, antes de iniciar con las obras de construcción de la refinería, la SEMARNAT elaborara estudios sobre los impactos y riesgos ambientales, así como que se realizara la Manifestación de Impacto Ambiental, modalidad Regional (MIA-R)”.

Además, señaló que la filial de Pemex no definió el nivel de significancia de los 89 impactos que identificó, puesto que no cuantificó su magnitud, severidad, frecuencia, ni duración.

En el mismo documento, señaló que no tuvo acceso al caso de negocio de inversión de la refinería Dos Bocas, dado que Pemex lo clasificó como información confidencial.

Según la auditoría 406, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) no acreditó que el proyecto cumpliera con la legislación correspondiente y tampoco emitió su opinión ante la SHCP sobre el impacto de Dos Bocas, lo que muestra “la falta de una visión integradora del territorio en la planificación de la refinería que garantizara su adecuado ordenamiento”.

Una buena práctica para la refinería, dice Ocampo, sería que Sener y Pemex dieran total transparencia.

Aunque López Obrador dijo en 2019 que para esta fecha México alcanzaría la autosuficiencia energética, Dos Bocas operará en modo de pruebas al menos seis meses y operará hasta 2023, según dijo el presidente.

Sin embargo, fuentes consultadas por la agencia estadounidense Reuters señalaron que la obra posiblemente operará al 80% de su capacidad hasta 2025 y que no se espera que esté lista para 2024.

En entrevista con Radiofórmula, Nahle dijo que “no quiero dar una fecha porque sería una irresponsabilidad porque todo se tiene que hacer con absoluta seguridad”. Y agregó que “un año es un tiempo razonable, yo quisiera hacerlo antes”.

FUENTE: Animal Político