“Carmen Salinas era como la mamá de México

543

Cd. México.- Maribel Guardia sabe en su corazón que Carmen Salinas ya descansa en paz. Recuerda que su amiga odiaba los hospitales y que era injusto que una mujer tan llena de vida, que nunca dejó de trabajar, estuviera tanto tiempo hospitalizada.

Anoche la familia dio a conocer el fallecimiento de Carmen, a los 82 años de edad, luego de permanecer hospitalizada en estado de coma desde la noche del 11 de noviembre, a causa de una hemorragia.

“Carmen es insustituible, era como la mamá de México, lo que ella decía, opinaba, la manera en que trataba a la prensa. Esa mujer no paraba de trabajar, recuerdo que estaba en el camerino con ella, que le dolían las rodillas y nada más salía a escena y a bailar mambo, a cantar, porque bailaba y cantaba precioso”, dijo a EL UNIVERSAL.

Fue Carmen quien estuvo al frente de la versión teatral de la película Aventurera a finales de los noventa, con personalidades como Edith González, Itatí Cantoral, Niurka y Maribel Guardia en el papel principal, por lo que Maribel recuerda con mucho cariño esa época.

“Para mí ella fue la verdadera Aventurera, estuvimos todas las aventureras junto a ella. El escenario con esa mujer fue un aprendizaje enorme de cómo se para uno frente al público y lo maneja, porque ella sabía cómo manejar al público, cómo hacerlo reír, cómo hacerlo llorar, tenía esta devoción y respeto en el escenario que era una gran escuela para quienes estaban con ella en el escenario”.

Recordó que siempre protegió a sus aventureras, las consentía y las defendía.

“Más allá de que la consideraba mi amiga, siento que es una figura irremplazable en la historia de la comedia mexicana. Me quedo sin palabras con Carmen porque me deja un grato sabor de boca haberla conocido y mi corazón lleno de alegría, y por otro lado me tenía con el corazón partido pensar que estaba en un hospital por tanto tiempo, y eso me tenía con mucho dolor”.

Aunque se encuentra triste, Guardia dijo que espera que allá donde esté Carmen, esté acompañada de su gran amor: su hijo Pedro Plascencia.

“Esa adoración de Carmen por el hijo era increíble, una la veía en tele y decía, esta señora ya tiene 500 años hablando del hijo, pero cuando yo estaba en Aventurera con ella, cada vez que nos íbamos a cenar al camerino, ella siempre hablaba de Pedrito y se echaba a llorar, fue una herida que tuvo abierta siempre, así que ahorita estará feliz junto a Pedrito. Y a su Chatito (Chato Cejudo, su mejor amigo) que amaba, para ella enterrar al Chato fue como enterrar a otro hijo”.