Chiapas.- En días recientes, la comunidad judía Lev Tahor en Chiapas ha desatado polémica tras la detención de más de una veintena de sus integrantes.
Un operativo llevado a cabo el pasado viernes 23 de septiembre y dado a conocer por el ministerio Israelí de Relaciones Exteriores llevó al arresto de al menos 26 personas que formarían parte de lo que públicamente ha sido señalado como una secta ultra ortodoxa.
Según el reporte de ese día, gracias al desmantelamiento de ese grupo se logró devolver a un niño de tres años a su padre, que había escapado de la comunidad.
Asimismo, añade que las autoridades mexicanas recogieron pruebas incriminatorias contra varios integrantes de la secta por presunto tráfico de drogas, violación, abuso sexual y otros delitos.
A su vez, Lev Tahor denunció persecución de sus integrantes, quienes habrían sido llevados a Huixtla. El domingo protestaron afuera de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en ese municipio chiapaneco.
Los hechos volvieron a poner luz sobre las prácticas de este grupo que, según una nota de BBC Mundo, ha sido llamado como el “talibán judío” porque sus mujeres visten con ropa negra de la cabeza a los pies.
El portal de la cadena británica de medios recordó que un caso de secuestro de dos menores en 2018 que fueron llevados a Nueva York por su madre, luego de escapar de la comunidad asentada en Guatemala, terminó con nueve miembros de Lev Tahor acusados. Cuatro de ellos, incluido el hijo del fundador de la secta y actual líder, Nachman Helbrans, terminaron en prisión.
Asimismo refiere que, desde su creación en los años 80 en Israel, este grupo ha pasado por Estados Unidos, Canadá, México y Guatemala, en una historia marcada por escándalos de secuestros, matrimonios infantiles o maltrato infantil.
¿Quiénes son Lev Tahor?
De acuerdo con BBC Mundo, el nombre de Lev Tahor significa “corazón puro”
La secta fue fundada en Jerusalén en la década de 1980 por el rabino Shlomo Helbrans.
Practica muchas de las costumbres del jasidismo, una corriente ortodoxa y mística del judaísmo, de manera mucho más estricta.
Se distinguen por su vestimenta: las mujeres deben estar cubiertas con ropa negra de pies a cabeza, apenas dejando a la vista su rostro.
Los hombres visten de negro, cubren sus cabezas con sombrero y nunca se afeitan la barba.
La mayor parte de sus comidas son hechas en casa con el uso de ingredientes naturales y no procesados.
Según el medio británico, no comen pollos ni huevos de gallina, por considerar que han sido manipulados genéticamente, y sí consumen gansos y sus huevos.
Tampoco comen arroz, cebollas verdes o vegetales con hojas, por temor a que tengan algún insecto.
Sólo beben leche de vacas que ellos mismos puedan ordeñar y elaboran su propio vino.
Los niños no pueden comer golosinas que hayan sido compradas en una tienda.
Evitan el uso de aparatos electrónicos
Guardianes de las murallas
“Ellos se ven como los únicos que están siguiendo el verdadero camino, como los guardianes de las murallas, como los defensores de la última llama que queda en el mundo judío”, dice Shay Fogelman, periodista de Haaretz que en 2012 pasó cinco días conviviendo con los miembros de la comunidad Lev Tahor, según BBC.
“El requisito básico exigido a los miembros de Lev Tahor es simple: venerar y servir a Dios en todo momento, con toda su alma y corazón. Sus bibliotecas solo tienen libros judíos. En sus casas no hay televisores, radios o computadoras. Conceptos como el de tiempo libre, ampliar los propios horizontes o buscar el desarrollo personal, en su estricto sentido occidental, no existen aquí”, añade.
Según Fogelman, las paredes de sus casas carecen de cualquier decoración; no hay fotos, amuletos, fotografías de rabinos. En la mayor parte de los casos, los únicos adornos son los candelabros, las menorás o los objetos religiosos de plata, todos guardados en una caja de vidrio”, agregó.
Sin embargo, recuerda el portal, paralelo a estas descripciones han surgido acusaciones de exintegrantes de la secta sobre el presunto uso de formas extremas y violentas de control, como el uso de castigos corporales contra menores y el matrimonio forzoso de mujeres menores de edad con hombres mayores.
