Iglesia ora por criminales; les pide no causar tanto dolor

112

Cd. México.- Como parte de la última Jornada de Oración por la Paz, en iglesias del país miles de católicos oraron para que los criminales busquen la luz de la razón y de la fe, sean conscientes de no causar tanto dolor y muerte y recapaciten en sus actos, de tal modo que más bien busquen la virtud que les haga entender que sus prójimos no tengan que padecer la miseria del dolor y la pobreza.

Durante la misa de ayer domingo en la Basílica de Guadalupe se elevaron plegarias al poder divino en favor de la paz y de que las autoridades, desde el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hasta los gobernadores de los estados y legisladores trabajen en mejores políticas para la seguridad y tranquilidad de los ciudadanos.

Luego de la homilía presidida por monseñor Héctor Mario Pérez Villarreal, obispo auxiliar de la arquidiócesis de México, las oraciones y peticiones especiales en la celebración religiosa fueron dedicadas en su mayoría para que el trabajo de las autoridades sea en beneficio de las personas.

Por quienes gobiernan: el Presidente de la República, los gobernadores de los estados y los presidentes municipales, principales responsables del orden y de la tranquilidad de los ciudadanos, para que rechacen el mal uso del poder, la corrupción, la falta de respeto a las leyes y la indiferencia, oremos, atiende señor nuestras súplicas” se escuchó en lo que fue el último día de la jornada de oración por la paz.

En el caso de los legisladores, la petición fue: “diputados y senadores, para que junto con el Poder Ejecutivo trabajen por una sana política que actúe desde la caridad social, con visión amplia, capaz de reformar las instituciones, coordinarlas y dotarlas de mejores prácticas, que permitan superar presiones e inercias viciosas y ayuden a pensar en el bien común”.

La jornada incluyó decenas de movilizaciones en las principales ciudades del país.

En Xalapa, el arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong encabezó la marcha con los integrantes de la Pastoral Juvenil en la que con cantos, reflexiones, porras y aplausos pidieron un país digno en paz.

La marcha ocurrió a lo largo de 8 kilómetros hasta la Catedral Metropolitana, en donde el arzobispo presidió una homilía en la que estuvieron presentes decenas de sacerdotes de las provincias eclesiásticas de México, a quienes Patrón Wong pidió luchar por una iglesia que debe caminar con los fieles, con un servicio fraternal; ahí se dirigió a los jóvenes a quienes dijo:

Ustedes jóvenes son proféticos porque desmienten lo que ciertos personajes dicen, que los mexicanos somos enemigos, opositores, narrativas que tenemos que escuchar todos los días, de odio, narrativas que sólo quieren que no se dé la unidad de los mexicanos, pero ustedes desmienten eso con la unidad, pero sobre todo ustedes nos enseñan a dialogar, a amar, la fiesta de hoy es profética”, dijo.

El arzobispo de Durango Faustino Armendáriz destacó el signo de solidaridad con la participación de muchos en la marcha por la reconciliación y la paz, al encabezar el movimiento.

Seguimos luchando y orando ante este gran desafío, hoy hemos orado por los victimarios y las autoridades”.

Puntualizó que se hizo la invitación a toda la sociedad sin importar credos y región, ya que el tema para erradicar la violencia es una tarea de todos.

Dicha jornada inició tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua.

Bajo la certeza de que la Fiscalía General del Estado de Guanajuato (FGE) está desaparecida y de nada ha servido para detener la violencia, y mucho menos para encontrar a los cientos de desaparecidos, fieles de la Iglesia católica e integrantes de colectivos de familiares de desaparecidos, marcharon por las calles de León.

Ataviados de blanco caminaron a través de calles del centro de León para plantarse en la plaza principal, frente al palacio municipal y exigir justicia agitando banderas blancas y levantando pancartas y lonas.

¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!”, “¡Exigimos paz y justicia!”, “¡Que Dios perdone sus fechorías!”, eran algunas de las consignas.

Al mismo tiempo, los integrantes de la Jornada de Oración por la Paz rezaban, pidiendo no solamente por las víctimas, sino también por los victimarios y por autoridades omisas y sumisas a quienes “no les llegan ni el sentimiento ni la piedad”.

El obispo de Cuernavaca Ramón Castro Castro, dijo que con esta última actividad de la misa por la reconversión de los sicarios y la marcha por la paz de los jóvenes, se cierra el primer ciclo de las jornadas de oración en espera de una nueva agenda para el siguiente mes.