Imparables los robos en las carreteras del país

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Cd. México.- Los tramos carreteros más peligros del País para los transportistas son los que van de México a Querétaro, de Querétaro a Guanajuato, de Querétaro a Celaya, de Celaya a Apaseo El Alto y de Celaya a Guanajuato.

De acuerdo con datos de la Fiscalía General de la República (FGR), la mayoría de los asaltos que se reportan en las carreteras federales se concentran en esas vías del Bajío y el centro del País.

Operadores de camiones de carga entrevistados expresaron su preocupación por la inseguridad en las vías del País, pues prácticamente ya no tienen tramos seguros.

Los asaltos, indica Yair Mendoza, de 32 años, no sólo ocurren en los lugares de descanso de los choferes, sino también en plena carretera: los delincuentes interceptan con varios vehículos a los camiones.

“Te das cuenta que te van a robar porque traen bloqueadores de señal. Ya cuando empiezas a ver que te siguen los carros y uno se te va enfrente, uno a un lado y otro atrás, ya valió madre”, contó Mendoza, transportista.

-¿Se llevan la carga o se llevan el camión?”, se le pregunta.

“Los dos y normalmente a ti también”, respondió.

Según las estadísticas de la FGR, en todo el País se cometieron 12 mil 271 robos de autotransporte en vías federales en el periodo que comprende 2020, 2021 y 2022.

La entidad con más asaltos es Guanajuato, en donde se reportaron 3 mil 980 atracos; le sigue Querétaro, con mil 694; Jalisco, con mil 630; Hidalgo, con mil 25; Veracruz, con 972, y el Estado de México, con 962.

Por vías, la que más incidencia delictiva tuvo es la carretera federal 57, en el tramo que va de Querétaro a Guanajuato, alrededor de 103 kilómetros, en donde se reportaron mil 94 atracos.

En Guanajuato, las vías con mayor incidencia son la 45 y 45D, en el tramo Celaya a Querétaro, que une al corredor industrial de Guanajuato (León, Silao, Irapuato, Salamanca y Celaya) con Querétaro, en donde se reportaron 895 asaltos.

En la carretera 45D, que es de cuota, a principios de este mes un grupo armado con pasamontañas y ropa tipo militar se robó unos caballos cuando eran transportados en el sentido de Querétaro hacia Salamanca, a la altura del cruce con la Carretera 51.

“Ya no sólo se escucha hablar del secuestro o asalto a personas, ahora también, camiones y/o remolques con caballos son interceptados sobre las carreteras por hombres armados que bajan a los caballos, robándoselos en cuestión de minutos”, denunció el Centro Cultural Ecuestre Domecq en redes sociales.

En el tramo México-Querétaro, que es de cuota, se registraron 900 asaltos, de ellos, 469 ocurrieron en territorio queretano, 287 en el Estado de México y 144 en Hidalgo.

Hay poca vigilancia

En una barda de la gasolinera ubicada en el kilómetro 48 de la autopista México-Querétaro están pintados los números de emergencia que se han ido acumulando con el paso de los años: 088 Policía Federal, 089 Denuncia Anónima, 911 Emergencias, así como los de la Base de Operaciones Mixtas del Ejército y Seguridad Pública (BOM).

En esta estación de servicio hay un restaurante, una tienda y un patio enorme que sirve para que los operadores estacionen sus vehículos y descansen un rato. Hay unos 15 tractocamiones alineados a un costado y dentro de ellos los operadores dormitan, miran su teléfono celular o están metidos en sus camarotes.

Diego Lerma, de 33 años, se paró a descansar y aprovecha para hablar por teléfono a su casa y saber cómo están todos. Él ya fue víctima de los delincuentes, lo asaltaron hace cuatro años sobre la carretera que va de Orizaba a Puebla y recién se acaba de enterar de que un compañero suyo acaba de sufrir un robo.

“En la madrugada a un compañero mío lo asaltaron, le robaron su camión. Él está bien gracias a Dios, pero el camión lo robaron. Fue en el libramiento de Querétaro, sobre la 57. Él venía para México y sobre el libramiento de Querétaro hacia México ahí fue el atraco”, detalla.

Con cierta resignación dice que las carreteras cada vez se han vuelto más inseguras y pese a ello hay poca vigilancia, lo que es aprovechado por los delincuentes para operar con impunidad.

“La verdad, en toda la 57 hay mucha delincuencia, no hay seguridad, no nos cuidan.

Nosotros somos los que entregamos la mercancía para que a ustedes no les falte nada pero, la verdad, la Policía no nos ayuda a nosotros”.

-“¿No se ven patrullas de la Guardia Nacional sobre la autopista?”, se le pregunta.

“Se mira muy poco. No se miran mucho, si hace falta eso para salir seguros, para llevar el pan a nuestra casa”.
‘Ningún lado es seguro’

Artemio Rivera, de 55 años y con más de la mitad de su vida operando un tractocamión, le cuesta trabajo definir un tramo inseguro en la Carretera Federal 57, y es que son demasiados: el Arco Norte, el entronque de Jorobas, la entrada a Querétaro, la conexión que va de San Luis Potosí a Matehuala, en todos conoce un incidente en el que se robaron la carga o se llevaron las pertenencias del chofer.

“Yo confirmo que ningún lado es seguro, hay lugares medio seguros, puede ser San Pedro (en Querétaro), pero, de hecho, ahí también llegan y te sacan. A uno de mis compañeros ahí lo fueron a sacar del estacionamiento, lo sacaron y le quitaron el carro, lo vinieron a dejar por el Circuito Exterior Mexiquense”, señala.

Rivera dice que los operadores tienen largas jornadas de manejo y durante los trayectos necesitan hacer algunos breves descansos ya sea para comer, estirar las piernas, ir al baño o dormitar un poco. En ocasiones paran para recargar combustible o hacer pequeñas reparaciones si notan algún desperfecto en su tractocamión.

Otros conductores, dice, también se detienen para comprar droga, ya sea cristal o metanfetamina, que son estimulantes que les sirven para mantenerse despiertos y no ceder al sueño durante la noche.

Estas circunstancias, reconoce, los expone ante la delincuencia, pues tienen que parar y los ladrones aprovechan la oportunidad para indagar qué tipo de carga llevan y apoderarse de las unidades cuando están detenidas.

“A veces también es culpa de uno, hay que reconocer lo que es, hay compañeros que detienen donde no deberían y luego ese tipo de gente que anda mal se junta, y pues uno se arriesga”, indica.