Cd. México.- Xóchitl Gálvez y Marko Cortés dieron la vuelta a la hoja del pleito que protagonizaron la noche del 2 de junio, después de que el dirigente panista se enterara de que la candidata presidencial había felicitado a Claudia Sheinbaum.

En la terraza del tercer piso de la sede partidista, el anfitrión fue cortés y ofreció una disculpa a su huésped, 18 días después del desencuentro que a la vista de los estrategas del cuarto de guerra, tuvo lugar en el piso 42 de un hotel de Polanco.

El domingo de la elección, cerca de la medianoche, Marko Cortés encaró airado a Xóchitl después de que Sheinbaum revelara que había recibido una llamada de la opositora para felicitarla por su triunfo.

Furioso, le reclamó por tomar esa decisión en medio de una “elección de Estado”. La todavía candidata reviró y le dijo que a ella no la mandaba ningún hombre. Fue una escaramuza que se prolongó por casi cinco minutos.

Ayer, el dirigente se hizo acompañar de Cecilia Romero, exlideresa nacional, y de Noemí Luna, la secretaria general. Un desayuno frugal acompañó el reencuentro: jugo, fruta y chilaquiles que le parecieron “salados” a la hidalguense.

Casi dos horas después, Xóchitl y Marko bajaron al vestíbulo para hablar ante la prensa.

–¿Se ha cerrado el capítulo de la noche del 2 de junio?, le preguntaron al dirigente y a la excandidata.

–Por mi lado está cerrado, respondió al bote pronto Gálvez.

–Por el mío, completamente, intervino Cortés.

Xóchitl contaría más detalles: “Yo le dije lo que tenía que decirle. Y él me dijo lo que tenía que decir, y quedamos en siempre poder dialogar en un tono más suave.