Multiplican esfuerzos para encontrar al Titán

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Washington.- Cuando queda oxígeno para menos de dos días, los equipos de rescate multiplicaron ayer sus esfuerzos por mar y aire para encontrar el sumergible con cinco personas a bordo desaparecido en el océano Atlántico cuando se dirigía a los restos del Titanic.

La comunicación con el sumergible Titán, de 6.5 metros de eslora, se perdió el domingo, durante su descenso hacia los vestigios del mítico transatlántico, que se encuentran a casi 4 mil metros de profundidad a unos 600 kilómetros de Terranova, en el Atlántico Norte.

En el sumergible viajan cinco personas: el millonario y aviador británico Hamish Harding, presidente de la compañía de jets privados Action Aviation, así como el conocido empresario paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente del conglomerado Engro, y su hijo Suleman.

El francés Paul-Henri Nargeolet, un veterano buceador y experto en los restos del Titanic y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, que opera las inmersiones turísticas, también están en el Titán, desarrollado y operado por esta empresa estadounidense que cobra 250 mil dólares por persona.

Funcionarios de la Guardia Costera de EU dijeron que la búsqueda abarcó 26 mil kilómetros cuadrados, pero no encontró señales del submarino. Aunque planeaban seguir buscando, el tiempo se acaba. El capitán de la Guardia Costera estadounidense, Jamie Frederick, declaró ayer, al mediodía, que a la tripulación y pasajeros les quedaban alrededor de 41 horas de oxígeno.

El sumergible tenía un suministro de oxígeno de 96 horas cuando se hizo a la mar alrededor de las 6:00 horas del domingo, según David Concannon, asesor de OceanGate Expeditions, que supervisó la misión.

Eso significa que el suministro de oxígeno podría agotarse el jueves por la mañana.

Barcos y aviones se dirigen al lugar para reforzar la intensa búsqueda por aire y mar de los guardacostas estadounidenses y canadienses desplegados en la zona. La Marina estadounidense está enviando expertos y una especie de grúa para recuperar objetos voluminosos de las aguas.

El Instituto Oceanográfico francés anunció el envío de un robot submarino para ayudar en las labores de búsqueda, mientras un avión P-3 de Canadá lanzó boyas de sonar en la zona de los restos del Titanic para tratar de detectar cualquier sonido procedente del pequeño sumergible.

Según las autoridades, el sumergible perdió contacto con la superficie casi dos horas después de su inmersión.

“Estamos explorando y movilizando todas las opciones para traer a los tripulantes de vuelta sanos y salvos. Toda nuestra atención se centra en los tripulantes del sumergible y sus familias”, declaró OceanGate en un comunicado. Según Rolling Stone, un avión canadiense que buscaba el sumergible detectó “golpes” en intervalos de 30 minutos provenientes del área donde desapareció.

Mike Reiss, guionista de televisión estadounidense que visitó los vestigios del Titanic en el mismo sumergible el año pasado, declaró a la BBC que la experiencia fue desorientadora. La presión es 400 veces mayor que en la superficie. “La brújula dejó de funcionar inmediatamente y empezó a dar vueltas (…) tuvimos que dar vueltas a ciegas en el fondo del océano, sabiendo que el Titanic estaba en algún lugar”, dijo Reiss. Todo el mundo era consciente del peligro de la expedición, dijo a la BBC. “Firmas documento antes de subir y en primera página se menciona la muerte tres veces”.

El periodista de CBS News, David Pogue, quien viajó al Titanic a bordo del Titán el año pasado, dijo que el sumergible tiene siete funciones diferentes para permitirle subir a la superficie y es “realmente preocupante” que ninguna de ellas haya funcionado hasta ahora. Nada se puede hacer si el submarino quedara atrapado o tuviera una fuga, porque la nave se abre desde fuera y no tiene cápsula de escape. El periodista reconoce que ellos también estuvieron más de dos horas perdidos. Explicó que los pasajeros tienen que firmar un consentimiento que exime a la empresa de culpa en caso de sufrir algún daño físico o incluso la muerte durante la inmersión.

“Cuando el barco de apoyo está directamente sobre el submarino, pueden enviar mensajes de texto cortos de un lado a otro. Claramente, ya no reciben una respuesta”, reconoció Pogue, quien aceptó que no es la primera vez que el Titán se pierde. Pogue no siempre tuvo claro abordar el submarino porque está dirigido “con un control como el del Xbox”, aunque esto no significa que sea de mala calidad, porque la cápsula principal de fibra de carbono ha sido codiseñada con la NASA y la Universidad de Washington. Sólo que todas estas creaciones, reconoció, fallan y mejoran con el tiempo. Y un fallo es fatal. Si el Titán está en el fondo, será casi imposible subirlo, porque mayoría de sumergibles sólo pueden adentrarse en el océano unos cientos de kilómetros.

Ignoraron advertencias

Mientras, The New Republic reportó que David Lochridge, piloto de sumergibles, fue despedido de OceanGate en 2018 tras expresar temores, incluyendo que, contrario a lo que proclamaba la empresa, el sumergible no estaba hecho para descender a 4 mil metros de profundidad. Los temores de Lochridge, director de operaciones, salieron a la luz y OceanGate lo despidió y demandó por revelar información confidencial sobre el Titán, pero el experto contrademandó, al alegar despido improcedente. Lochridge se quejó de que, en lugar de abordar sus preocupaciones, fue despedido “con la intención de silenciarlo y evitar abordar los problemas de seguridad y control de calidad”.

La contrademanda, explicó TNR, incluye riesgos de seguridad que encontró Lochridge. El más importante era el peligro potencial para pasajeros una vez que el Titán alcanzara profundidades extremas. OceanGate afirma en su web que Titán puede descender hasta 4 mil metros. Siempre de acuerdo con la contrademanda obtenida por TNR, Lochridge fue informado de que la ventana de proa del sumergible sólo estaba construida para una presión certificada de mil 300 metros.