Cd. México.- Fátima solo tenía tres años cuando tres de sus tíos la secuestraron y pidieron 500 mil pesos a cambio de su liberación. Aunque su primera intención solo era conseguir el dinero, un descuido terminó en la muerte de la menor
Dos de sus plagiarios ya están detenidos.
Uno de ellos confesó lo que sucedió y sus dichos fueron integrados a la carpeta de investigación CI-FIMA/MIL-1/UI-3C/D/00956/08-2021, que la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México inició por este caso.
De acuerdo a lo declarado por Rodrigo “N” (tío político de la víctima), él y su esposa, Patricia “N”, junto a su cuñado, Luis Enrique “N”, planearon secuestrar a su sobrina Fátima y pedir medio millón de pesos para su rescate.
El imputado señaló que, entre todos los sobrinos que tienen, eligieron a la menor porque es la que más quiere su tía “Rosa”, quien tiene diversos negocios en la Ciudad de México y podía pagar el rescate.
Patricia “N” es hermana de Jimena “N”, quien es madre de la niña. Ambas trabajan en uno de los negocios de la tía “Rosa”, por eso ella tendría la labor de avisarle a sus cómplices cuando la mujer ya estuviera en el negocio, para que los dos sujetos aprovecharan la oportunidad para sustraer a la menor de su hogar.
Mientras Luis Enrique “N”, quien también es hermano de Jimena –madre de Fátima–, fue quien compró tres celulares para que estuvieran comunicados y no usaran sus equipos telefónicos personales, y así evitar que quedara registro de las llamadas sobre el secuestro.
Él, además, vivía en el mismo predio donde residía Fátima, por ello sería el encargado de sustraerla de su domicilio, ubicado en la alcaldía Milpa Alta.
El día del secuestro, que fue el 5 de agosto pasado, Luis Enrique esperó la señal de Patricia.
Al recibirla llamó a su esposo, Rodrigo, para que se trasladara hasta su casa en coche. Al abrir la puerta, su cómplice le entregó a la menor, quien estaba dormida y estaba cubierta de su boca y ojos,
El declarante aseguró que él colocó a Fátima en los asientos de atrás del vehículo y se dirigió a un predio que está en una zona conocida como “Las Antenas”. Ahí la escondió en una “cuevita” y la tapó con una cobija. En ese momento, recibió una llamada de Luis Enrique, al teléfono que compró para la logística del secuestro. En la llamada le decía que lo esperara para que ambos se llevaran a la niña de ese lugar a la que sería la “casa de seguridad”. Unos minutos después, Luis Enrique llamó a su cuñado, Rodrigo, para contarle que la familia de la menor llamó al 911, por lo que elementos policíacos acudieron al inmueble y eso arruinó su plan de alcanzarse para mover a Fátima de sitio.
Después de un rato, Luis Enrique volvió a llamar a Rodrigo y le dijo que “se diera una vuelta por su casa”, para que no sospecharan de él. Una hora más tarde, Luis Enrique le dijo que lo vería en donde habían dejado a Fátima.
Luis Enrique llegó en motocicleta y Rodrigo en su carro.
EL CUERPO DE FÁTIMA DESAPARECIÓ
“Me dijo que le llamaría a su amigo ´Rafa´ para que le ayudara a esconder a la niña. Se la llevó en la motocicleta ‘paradita’ y ya no supe donde quedó Fátima, pero la última vez que la vi, estaba viva”, aseguró Rodrigo “N” en su declaración a la policía.
Ya por la noche, del mismo día en que secuestraron a Fátima, las autoridades localizaron el cuerpo de la niña, que ya había muerto por el ataque de una jauría. El cadáver fue ubicado en un predio que está sobre la calle Veracruz Norte, en la colonia Barrio Santa Cruz Pueblo de Villa Milpa Alta. Los peritos de la FGJ aún están a la espera de los resultados de algunas diligencias para determinar si la menor fue asesinada antes de ser atacada por la fauna del lugar, o si su muerte se derivó de las lesiones que sufrió por parte de los animales.
Mientras tanto, Luis Enrique y Rodrigo ya fueron procesados por el delito de narcomenudeo y –se espera que en las próximas horas– les cumplimenten una orden de aprehensión por el delito de feminicidio.