Seis estados del país mantienen la producción de opio

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Cd. México.- En los últimos dos sexenios los estados donde más se han asegurado plantíos de amapola, de donde se extrae la goma de opio para producir heroína, son Guerrero, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Nayarit y Oaxaca.

En la administración de Enrique Peña Nieto el primer lugar en sus primeros cuatro años de gobierno fue Guerrero y en la de Andrés Manuel López Obrador es Chihuahua, y Guerrero bajó al segundo puesto.

Incluso, al hacer un comparativo de los primeros cuatro años de Peña Nieto con López Obrador, en las incautaciones hay una baja considerable en la actual administración, de 55% en plantíos y de 57% en hectáreas. Del 1 de enero de 2019 al 31 de diciembre de 2022 elementos del Ejército incautaron 267 mil 314 plantíos de amapola y hasta el 17 de mayo de 2023 se aseguraron 40 mil 370.

Las hectáreas incautadas en el periodo de 2019 a 2022 fueron del orden de 35 mil 939 y hasta el 17 de mayo del presente año sumaron 7 mil 42.

En los primeros cuatro años de Peña Nieto, de 2013 a 2016, se incautaron 595 mil 375 plantíos de amapola, lo que representa una baja contra la actual gestión, de 328 mil 61.

En el caso de las hectáreas incautadas con Peña Nieto, fueron 84 mil 745, una disminución en comparación con la actual gestión de 48 mil 806, según una consulta vía transparencia realizada por EL UNIVERSAL a la Secretaría de la Defensa Nacional.

Expertos en seguridad consideran que la baja en aseguramientos de amapola se da porque la goma de opio y sus derivados están pasando de moda entre los consumidores y porque los uniformados están enfocados en el combate al fentanilo debido a la presión de Estados Unidos. Subrayan que los opioides sintéticos son más baratos en su elaboración y venta, pero generan un deterioro orgánico mucho más acelerado.

Romain Le Cour, experto senior en la organización Global Initiative (GI-TOC), comenta que desde 2018-2019 junto a un grupo de investigadores realizó el Proyecto Amapola, coordinado por Noria Research.

Explica que consistió en un trabajo de campo en Chihuahua, Sinaloa, Nayarit y Guerrero, donde los productores de amapola les manifestaron que nadie les compraba o que el precio estaba cayendo abruptamente.

El experto detalló que en ese periodo un kilo de goma de opio en Guerrero se vendía en 30 mil pesos; tres años después se ofertaba en 3 mil pesos; documentaron que la producción de goma de opio y de heroína se fue desplomando en casi todas las regiones de México hasta llegar al punto en que los campesinos preferían no sembrar amapola porque pensaban que nadie la iba a comprar o cultivaban muy poca para no tomar el riesgo de quedarse con la cosecha.

Samuel Ibarra, especialista independiente en seguridad, considera que la goma de opio y sus derivados están pasando de moda. “Hay otras drogas en el mercado que se están añadiendo al catálogo que la gente puede obtener en las calles; entonces, encontramos una alta mortalidad derivada del fentanilo”, asevera. Ibarra subrayó que las drogas sintéticas son de menor costo y generan un deterioro orgánico mucho más acelerado.

Campesinos que trabajaron en el cultivo de amapola en Guerrero manifestaron a este diario que quienes consumen los derivados de goma de opio como la heroína tienen suficiente dinero para pagarlos, pero la mayoría prefiere drogas sintéticas porque son más baratas.

“Para la siembra de amapola es mucho trabajo, hay que cuidarla, dejarla crecer, echarle abono, podar, cosecharla… para procesarla lo hacen en los laboratorios y todo esto lleva como seis meses para tener el producto.

“En cambio, lo otro, drogas sintéticas, lo tienen en un mes o en 22 días. Llegan los productos, precursores químicos, por altamar y en las cubetas lo recoge un cártel y lo pasan para distribuirlo en la sierra, y baja el producto empaquetado”, refieren.

Cecilia Farfán, jefa de Investigación del Centro de Estudios México-Estados Unidos, de la Universidad de California en San Diego, expresa que en el caso de Sinaloa no ha desaparecido el cultivo de amapola; es un estado donde se ha aplicado el programa del gobierno federal Sembrando Vida, pese a que un requisito es no tener cultivos ilícitos. Aunque no han desaparecido por completo, la demanda ya no es la misma.